
Tu cerveza ecológica
PASO 4: "Últimos pasos y ¡a disfrutar!"
La mezcla de mosto, lúpulo y levadura va a un recipiente para la fermentación. Esta última convierte los azúcares del mosto en alcohol y gas. Como no querríamos llamar la atención del vecino (que es lo que normalmente logran las explosiones), el recipiente se tapa con un globo pinchado. Así sale aire, pero no entra.
Al líquido le bastará una semana en un lugar fresco y oscuro para bajar su densidad y, una vez destapado, alumbrar la vista con su color verde y espumoso. Luego será pasado a otro fermentador (o al mismo, lavado y desinfectado como corresponde), que deberá ir al frío por otra semana.
Al cabo de esos siete días, nuestra cerveza estará lista para su embotellado. Completará su maduración una vez encerrada en los queridos recipientes color ámbar. Le alcanza con 15 días de reposo en la heladera para lograrlo. Pero ya que esperaste tanto, bancala 30 días más: nos lo vas a agradecer. ¡Salud!